jueves, 28 de julio de 2011

FEMME-NISMO



                El feminismo ha degenerado. Bueno, en realidad nunca me empapé lo suficiente del movimiento como para saber qué proponía en su principio y en qué difiere hoy; sin embargo lo que si he visto es la situación actual de la mujer vs hombre. Nótese que lo digo sin ofender pero si con énfasis.

                Y es que en la actualidad no se habla o no se trata de una “igualdad”, sino de una superioridad. O si no de una superioridad si de una posición privilegiada. Recuerdo la preparatoria cuando un profesor (al que creí conservador, luego demostró lo contrario, pero eso es harina de otro costal) planteaba su postura al respecto: “si las mujeres quieren igualdad perfecto, pero igualdad plena, por ejemplo: en un camión si va una joven (mujer) y un anciano (hombre), el asiento deberá de ser ocupado por el adulto mayor, no por la joven.” Y es que la igualdad es eso: una desaparición de la caballerosidad.

                Aunque esto resulta, como todo, controvertible, es irreductible, ya que si utopizamos (sic) en el mundo de la igualdad nunca existió ese galanteo propio del hombre, si bien al contrario, podríamos casi idealizar un 50-50, donde la mujer al tener la libertad se brinca su, trabajada por siglos, feminidad y el hombre su ganada y bárbara masculinidad para caer en un estado indefinido, donde el hombre no es el único que galantea y la mujer no es la que debe de tener el ornato que hoy vemos y que a los hombres en realidad nos deleita.



                Vamos, casi ni quisiera explicarlo por lo obvio: el hombre es hombre con sus características debido a un curso natural de estas y de sus propiedades; en la naturaleza el macho es el que pelea y debe atraer a la hembra por una superioridad física (hasta ahí vamos bien), en el caso de los colores o despliegue de vistosidad, como en los pavorreales y otras aves, el oropel es de función doble: deslumbrar a la hembra e intimidar al contrincante (seguimos bien). La hembra es el trofeo, el premio al macho superior y por esta razón debe ser protegida (evitemos el punto de los insectos donde la hembra devora, que también tiene su paralelo homínido) y la hembra, aparentemente, acepta gustosa su papel; en los leones es lo más claro, la hembra completamente apta para la lucha no reta al macho.

                Ahora bien, yo no propongo que esto siga así, que seamos una especie “salvaje” (sic), sólo quería establecer una línea de desarrollo comparativa como la mayoría de las ciencias lo hacen (pretendo). El hombre, bueno, la especie humana supuestamente lleva una línea evolutiva acelerada en comparación con otras especies, aunque esto también sea muy dudoso. La idea es que esa parte de macho-hembra ya la superamos… otro supuesto… y lo digo así porque efectivamente, se supone que gracias a la lucha feminista se ha logrado una “igualdad” y no es así, es solo un supuesto. El hombre y la mujer siguen siendo dos entes con fondo social distinto.

                Aquí el problema y el punto del escrito es otra comparativa: antes el hombre no aceptaba ser igual a la mujer en cuanto a humano; hoy, el hombre sigue igual, pero la mujer se unió a esa postura: la mujer es superior que el hombre. Al menos desde la extremista del feminismo.



                Y claro, como hombre debo aceptar que las mujeres son mejores en ciertos aspectos que el hombre, así como el hombre es más apto para ciertas cosas que la mujer debido a una selección natural en ambos casos. Y con sus respectivas excepciones: el hombre se ha androginizado y la mujer se ha ido haciendo masculina… en algunos casos.

                Y es que pareciera que el movimiento feminista, como lo dije arriba, no busca la igualdad, busca la segregación. El hombre es hombre y ha sido un opresor, casi como un pleonasmo. La mujer ha sido oprimida y es hora de su liberación, lo que consiste, de acuerdo con muchas de las blasonas del movimiento feminista, en que si eres mujer debes de ser feminista y quejarte del maltrato de forma letánica o en caso contrario eres una traidora; ya no puedes decidir ser ama de casa, debes de tener una profesión y mostrarte superior al hombre en cada oportunidad. En casos aun más extremos el feminismo a degenerado en un “club de tobi”, como le decimos en México a los grupos de niños que no quieren estar con las niñas, pero, obviamente, son las mujeres que no quieren asociarse ni tener nada que ver con hombres, incluso, más allá de una elección de preferencia sexual, se deriva en una imposición de homosexualidad: no me gustan los hombres, generalizo y todos son malos, por eso mi pareja es otra mujer…



                Nuevamente: no critico una elección sexual, critico un extremismo, y para evitar malentendidos creo que lo ideal es ejemplificar: el racismo y la homofobia. En ambos casos se siguió un desarrollo en el que los grupos, llamados minorías, exigieron sus derechos y a medio camino (ya que aún creo que existe este tipo de discriminación), se volteó la moneda: algunas personas de color se predispusieron a “odiar” a los blancos; algunos grupos homosexuales no aceptan que se introduzca un heterosexual. Y esto, supongo, es solo una preconcepción, un generalizar al mundo. Así pues yo no critico la elección sexual, al contrario, aplaudo el poder tomar la libertad y decidir su inclinación, y en otros casos, experimentar y no lo repruebo: lo respeto. Pero ya como imposición por una terquedad… es como querer que el sol sea el centro del universo.

                Y es que las ideologías deben de ser flexibles y cambiar con el tiempo y la situación, si no caemos en la máxima oriental: el pensamiento es como el agua, si no fluye se estanca y se pudre.

                Retomando tema: el feminismo es una lucha encomiable, porque si, la mujer fue sometida cientos o miles de años, aunque no en todas las sociedades; sin embargo no hay que descarriarnos, no siempre fue el hombre el que la sometió, muchas veces fue la misma mujer y otras tantas se dio el ideal: la igualdad.



                La mujer es igual que el hombre y señalar continuamente esa igualdad me hace pensar que se busca separar. ¿Por qué no simplemente buscar una igualdad del ser humano pero desde el centro, no desde un bando? No señalar continuamente que la mujer es igual, sino señalar que todos, sea hombre o mujer, somos iguales. Que la lucha no busque imponer un día de la mujer y dejar el día del hombre para el 30 de febrero.

                Bien, supongo que la mujer actualmente necesita asociaciones que la apoyen para “aprender” que pueden y recibir ayuda de otras mujeres para crecer, pero que estos lugares no establezcan la lucha por la separación mujer - hombre como una obligación del sexo femenino. Que la mujer deje de ser la mártir de la historia; si bien “llegan” tarde al arte y a la política y a la sociedad en sí, ya no es el caso, hoy yo tengo la misma oportunidad que una mujer de mi edad y de mi situación. Si bien ella tiene más obstáculos porque la sociedad es machista, una persona con una situación socioeconómica inferior a la mía se encontraría en el mismo caso. Así que esto termina relativizando la situación: la mujer no es diferente del hombre, no hay que señalar eso, hay que señalar que el ser humano es igual que el ser humano y la situación la define primero donde nace, pero es todo, la situación de vida la definimos nosotros, sin que el sexo sea barrera o circunstancia.

                Otro ilustrativo ejemplo: a Simone de Beauvoir, intelectual francesa de mediados del siglo pasado, la atacaron las mismas feministas que usaron sus ideas como estandarte anteriormente, al salir su libro “La mujer rota”; Simone misma se lamenta de este ataque del que las mujeres activistas decían era una traición. Ese es mi punto: para las extremistas (y los extremistas) las ideas y los fines son inamovibles, no transformables ni evolutivos por lo tanto. Y como explicación Simone hace interesantísimas anotaciones sobre la amplia gama de posturas en la que un ser humano se encuentra durante su vida, o sea, si describe un fracaso no describe una vida de fracasos.

                Y en algunos casos nos lleva este extremismo a la mediocridad, ya que muchas pseudofeministas se creen activistas en línea correcta al crear, dirigir, promover o simplemente ser fans de programas de tv como “cosas de la vida” o “Laura en América” donde la idea es poner al hombre siempre como el “desgraciado”. Basta con ver el tema diario de estos programas, si bien es porque en nuestra sociedad al menos la principal consumidora de tv es la mujer, también crea una pseudoideologia y les alienta supuestamente a superarse y no dejarse de los hombres, etc…

                En fin, no busco que se termine el movimiento, al contrario, que se redireccione, no supongo tener el hilo negro porque solo tengo mi perspectiva, no soy solo queja, sino que propongo, así que dejo esto aquí para ver qué sucede… y espero no haber herido susceptibilidades, repito: busco una igualdad en el fondo, no una destrucción. (Y es que siempre he creído que la mujer es más inteligente que el hombre, su defecto, si este puede ser un defecto, es que también es más sensible y de ahí que el hombre tonto e insensible se ha aprovechado.)

Mictlan F. Arriaga V.

1 comentario:

  1. naaaaaaaaaaa, y notese que no hay machismo en esto es solo la verdad, a la mujer le encanta estar chingue y chingue y chingue y chingue y chingue y el feminismo es un tema el cual se presta a que la mujer pueda estar chingue y chingue y chingue y si no es por eso, adoptan ese rollo feminista porque son lesbianas como bien lo dijiste, quiero ser hombre y por eso te voy a demostrar que puedo hacer lo mismo que tu, vaaaaaaaaaaaa como chingan

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